A diferencia de lo que puede creerse, las PyMEs cuentan con gran cantidad de datos de sus operaciones y procesos; lo que muchas veces ocurre es que pueden encontrarse dispersos o no sistematizados; y los datos fuera de un contexto no aportan nada.
El sistema de reporting óptimo, lejos de ser un ideal o aspiracional que muchas veces no logra alcanzarse por el esfuerzo que conlleva o por la complejidad para interpretarlo, es aquel capaz de dar respuestas a las preguntas que son clave para cada empresa, como cuántos clientes nuevos se incorporaron o cuántos se perdieron, cuál es la rentabilidad de los productos o servicios, si se cumplen los presupuestos y en qué medida, y toda otra pregunta que resulte pertinente para la empresa.